Hace
unos días en las oficinas de la sede la European Union Intellectual Property
Office los amigos de Clavei nos invitaron a la realización de un taller de visualización
en #Tableau utilizando los registros telefónicos o meta datos de Will Ockenden,
un reportero de la cadena ABC en Australia. Estos registros contenían todas sus
conexiones a internet, llamadas y mensajes sms. Will decidió compartirlos
públicamente.
A
partir de la visualización en #Tableau de los registros llevados a un mapa,
podíamos asumir claramente dónde trabajaba, dónde residía, dónde residen sus
padres, cuándo sale del país y por cuál aeropuerto, a dónde viaja y por cuánto
tiempo, en fin, el desplazamiento habitual del reportero se podía revelar a
partir de los datos. No por intuición, sino por el estudio analítico de sus
datos y en los distintos días y horas en las que se generaron los registros.
Este
mismo taller se ha realizado en Australia y aquellos quienes conocen muy bien
la ciudad de Sidney han podido determinar cuándo tomó Will la ruta del ferry,
la ruta del autobús, las paradas donde se bajó, hasta en qué hora del día y en
qué lugar prefiere ir a tomarse “un café o un refrigerio”, dónde se presume que
viven sus padres y hasta a dónde va de vacaciones. El mismo Will Ockenden confirmó
con asombro estas conclusiones.
En julio del 2016, acá en mi blog, escribí acerca del #BigData y #AnalysisData contra el terrorismo y cité casos
de éxito en diversas oportunidades en las que estas herramientas que procesan y
estudian grandes datos han sido utilizadas para la prevención del delito y
velar por el bien común.
Sin
ir muy lejos, ayer, acá en España, dos coroneles de la Guardia Civil dieron
detalles de una operación de captura de un presunto secuestrador y asesino de
una chica en Galicia (Caso Diana Quer), en la exposición del coronel Manuel Sánchez Corbí
decía que era inhumano revisar todos los registros que aportó el móvil de
Diana. Lleva razón el Coronel porque hay que ser sumamente cuidadoso, minucioso
y preciso con el manejo de los datos, las conclusiones y todo aquello que se
obtenga del estudio de los datos constituyen elementos probatorios ante un
juicio y la correspondiente carga de responsabilidad y posterior condena sobre
el asesino.
Tiene
mérito hacer el ejercicio y analizar registro por registro y, sin duda, el loable
trabajo de nuestra Guardia Civil para contar con elementos sólidos, objetivos y
concluyentes para emitir la orden y ejecutar la captura del presunto
delincuente ha sido gracias a las prestaciones que nos aporta la tecnología de
las telecomunicaciones. Estoy seguro que el análisis y la visualización de los mismos pudo haber
sido menos inhumana en el caso de haberse utilizado una herramienta
especializada en analítica de grandes datos de geolocalización y su
visualización.
La
tecnología nos demanda nuevas formas de hacer, y los alcances de sus
prestaciones son cada vez más eficientes y nos permiten ser más eficaces, en
este sentido todos los esfuerzos deben estar orientados a implantar una
transformación digital, sea cual sea la organización y más si se trata de
organismos de seguridad; tema que debe ser tratado como un asunto de Estado. Pero
este aliento se corta cuando en un artículo de la Guardia Civil del mes de diciembre
del 2017, se deja leer que es escasa o nula la asignación presupuestaria para
“modernizar” el servicio.