Según se puede leer en el blog de Ray Human Capital, existe un alto
porcentaje de empresas que están preparadas para acometer una “transformación
digital de su negocio”, no se puede negar que el uso de las redes sociales
acerca, hasta cierto punto, los mercados, incluyendo el del talento; el
problema es que un 60% de las empresas no saben dónde buscar a esas personas
que necesitan para lograr su transformación. Mal dato para quienes se
circunscriben a un solo canal para publicitar su CV.
Haciéndole seguimiento a un proceso de búsqueda e intentando llegar a ella
por todos los lados digitalmente posibles, hay apps que nos permiten conocer y
acercarnos, no sólo a nuestra empresa sino a nuestro candidato más idóneo, todo
es cuestión de tiempo y dedicación, de cuánto le invertimos a esa búsqueda que
tanto queremos que llegue, en otras palabras, hay que adaptar el modelo de
gestión de búsqueda de candidatos que abarque el mayor número de aristas
medibles y, por supuesto, debidamente ponderadas.
Todo puede resolverse con la elaboración de un cuadro de mando que recoja
estas variables y su correspondiente factor de medición para la ponderación y
posterior análisis de resultados, sin embargo, en la práctica, la búsqueda
objetiva puede resultar laboriosa y el reclutador echa de la mano a su mejor
estrategia: el recomendado, ese que viene por un boca a boca: “oye, conozco a
la persona ideal para lo que estás buscando, entrevístalo, sin compromisos”; y
ahí surge el enganche, quedando la búsqueda ajena a cualquier proceso de
verificación objetiva. Un dato revelador del estudio señala que el 21% de las
fuentes de reclutamiento proviene del canal corporativo, es decir de una labor de reclutamiento de un departamento de RRHH que puede incluir o no el servicio
de headhunting.

Luego de mi comentario en LinkedIn de su escaso efecto real en búsqueda de
trabajo, llegaron más comentarios, todos en común acuerdo con aquello que nace
del sentido común, incluso hubo quien se quejó de una búsqueda con más de 30
semanas de haberse publicado, no sin embargo, me llamó mucho la atención que la
mayoría de esos comentarios concordaban en el irrespeto y deshumanización del
proceso de selección por la falta de comunicación y respuesta. No hay que
esperar algo más, LínkedIn, así como el resto de redes sociales, sólo persiguen
posicionar una imagen y servir al reclutador para cotejar parte de lo que dice
el CV.